El pasado jueves [11-dic] se aprobó en el Congreso la llamada ley
Mordaza. Es el signo más evidente de que estamos ante una crisis de hegemonía
del bloque dominante (las élites políticas y económicas). Con esta ley el
Gobierno del PP está revelando que es incapaz ya de generar consenso en la
población, es decir, de convencer a la gente utilizando argumentos. Así las
cosas, a este bloque dominante sólo le queda mantenerse en el poder mediante
más coerción –no por casualidad para Gramsci la coerción era la otra pata de la
hegemonía. A partir de ahora más represión: física, administrativa e incluso
penal.
Todo para combatir los síntomas de una enfermedad –que la gente se
manifiesta y protesta- y no la enfermedad misma. Pues combatir la enfermedad
sería combatirse a ellos mismos y al sistema económico que defienden.
Alberto
Garzón. (Ver)
Efectivamente, la
"ley mordaza" es una barbaridad legal que atenta contra los derechos
y libertades de la ciudadanía, criminalizando a los movimientos sociales e
incluso limitando la libertad sindical y de huelga.
Marcelino Camacho nos
dejó dicho que "el derecho de huelga se consigue haciendo huelgas; el
derecho de reunión, reuniéndose; el derecho de asociación, asociándose; y todos
estos atributos de la libertad, es únicamente la acción de masas la que puede
acabar imponiéndolos".
La conclusión es obvia:
¡Salgamos a la calle sin
miedo y con más determinación que nunca!