Día de manifestaciones, hoy domingo, en todas las grandes ciudades españolas contra la reforma laboral puesta en marcha por el gobierno del PP.
No queda otra opción que la de mostrar nuestro contundente rechazo a una reforma laboral que deja al trabajador/a en la más absoluta indefensión ante el patrono. Una reforma laboral que:
- Dinamita los convenios colectivos facilitando que los empresarios impongan unilateralmente salarios y condiciones laborales a los trabajadores.
- Reduce la capacidad de respuesta de los trabajadores/as.
- Subvenciona a los empresarios con bonificaciones excesivas por nuevas contrataciones, mientras se están recortando prestaciones de todo tipo a la clase trabajadora.
- Se abarata y se facilita la justificación del despido.
- Permite a los empresarios los despidos colectivos sin autorización previa, EREs, ni traba alguna.
- Mantiene los más que precarios contratos de aprendizaje, creándose las condiciones para su generalización.
Lo que pretende esta reforma no es crear empleo, ya que hasta el presidente del gobierno reconoce que esto no va a ocurrir a corto plazo, sino darse prisa en liquidar derechos de los trabajadores/as, incluso a costa de más paro a corto plazo, para cuando la economía comience a recuperarse (no se sabe bien cuando, ni tienen demasiada prisa en que se produzca) la situación laboral que nos encontremos sea la de la precariedad del trabajador/a y la de un capital imperante sometiéndonos a todos a sus fueros.
Se trata, pues, de una agresión en toda regla contra la clase trabajadora, en la que ningún trabajador/a esté en la situación que esté y sea del sector que sea podrá escapar a sus efectos Una agresión que forma parte de la gran ofensiva que están lanzando los gobiernos del capital contra los derechos sociales del pueblo trabajador al que quieren hacer pagar una crisis que ha sido ocasionada por el capitalismo financiero internacional. Ofensiva que trata de liquidar el consenso social surgido en el mundo occidental tras la Segunda Guerra Mundial y que no sabemos hasta dónde nos va a llevar, ni cual va a ser el modelo de sociedad en el que tendrán que vivir nuestros hijos/as, si no somos capaces de detenerla.
