Unos meses antes de llegar al Gobierno, el dirigente del PP,
actual ministro, Montoro, dijo -justificando su acoso y derribo al gobierno
anterior-:
“Que se hunda España que ya
la levantaremos nosotros” (Ver).
Como estamos viendo en este año largo que llevan gobernando
con una amplia mayoría absoluta, el “levantamiento” que están haciendo es
“completito”.
En primer lugar hicieron una reforma laboral que ha acabado
con la mayoría de los derechos laborales implantado prácticamente el despido
libre y dejando a los trabajadores/as como “calderillo de mano” de los
empresarios.
En segundo lugar, siguieron un colaboracionismo dócil y
entusiasta con las políticas de ajustes drásticos del déficit impuestas por
Merckel desde la UE, con los consiguientes recortes en el poder adquisitivo de
los empleados y en los servicios públicos: sanidad, educación y servicios
sociales, en una situación en la que –a pesar de la prórroga de las ayudas de
los 400 €- ya hay más de medio millón de hogares sin ningún tipo de ingresos.
En tercer lugar el rescate a bajo interés a la deuda privada
con fondos públicos del
BCE, para que los bancos recuperen las pérdidas de su mala
gestión y sigan haciendo negocio con la financiación de la deuda pública –ya
que ¡a los Estados no se les permite acceder directamente a esos fondos!- y
cuyo alto interés hemos de pagar entre todos los ciudadanos/as que nada hemos
tenido que ver con el origen de la crisis financiera. Al tiempo que se renuncia
a tomar un verdadero control del sistema financiero que, en lugar de estar al
servicio del conjunto del país, lo está sólo de su propio beneficio, asfixiando
con su falta de créditos a la economía productiva.
Y aquí tenemos las consecuencias de este “levantamiento” del
gobierno del PP:
- La entrada en recesión de nuestra economía que para este
año será del 1,4%, según la previsión de la Comisión Europea, el cierre
de empresas…
- La creación de un millón de puestos de paro más de los casi
5 millones que nos dejó Zapatero, cifra que parecía imposible de superar, que
tanto le alarmaba al PP cuando estaba en la oposición y que no sabemos hasta
donde podrá llegar.
- Más de la mitad de nuestros jóvenes están en desempleo,
según la EPA
(Ver).
- Hay casi tres millones de parados que buscan empleo desde
hace más de un año y algo menos de 2 millones de familias con todos sus
miembros en paro.
- Pérdidas importantes en el poder adquisitivo de los trabajadores/as
que aún conservan su empleo.
- El aumento de la deuda pública, que puede sobrepasar este
año el 90% del PIB
(Ver).
Pero hay más: cada día se están tomando medidas que atentan
contra el Estado de bienestar (aunque algunas están siendo frenadas por los
tribunales) y a favor de la privatización de los servicios públicos, siendo las
comunidad de Madrid, la avanzadilla de esta política privatizadora, como estamos
viendo recientemente con los hospitales y han venido haciendo con los centros
educativos (en esta comunidad ya hay menos colegios públicos que privados y
concertados).
(Ver).
Por si fuera poco, recientemente hemos podido asistir a lo
que no son sino intentos de sabotaje institucional a la Junta de Andalucía,
tanto en el tema de la subasta de medicamentos
(Ver)
como en la respuesta orquestada por parte de los alcaldes del PP de las
capitales andaluzas a las propuestas de la Consejería de Fomento y
Vivienda sobre las líneas de transporte proyectadas
(Ver).
Ahí tenemos también el proyecto de reforma de administración
local que de aprobarse quitará toda autonomía, democracia y poder a los
ayuntamientos, que quedarán como meros ejecutores de las políticas del Gobierno
(Ver).
Pero hay algo todavía más gordo que saltó a la prensa la
semana pasada. Se trata de la existencia de listas negras, en nuestra provincia,
de personas que acuden a manifestaciones y actos de protesta sin que hayan sido
detenidas y ni siquiera requeridas a identificarse. Una noticia alarmante en la
que se pone en entredicho el respeto a los derechos y libertades de los ciudadanos/as
por parte de la propia administración del Estado
(Ver-1).(Ver-2).
Y para completar la obra, en los últimos días ha saltado a
los medios de comunicación el gran escándalo de los sobresueldos y la doble
contabilidad del PP, que –de confirmarse la veracidad del contenido de los
papeles publicados- supondría la evidencia de una doble moral de los
dirigentes que los hubieren cobrado –presidente del Gobierno incluido, según los
apuntes manuscritos publicados- y quizá de algo todavía más grave, como puede
ser la dudosa procedencia de, al menos, una parte de los ingresos, dada la implicación del
extesorero, Luis Bárcenas, en la red de corrupción del caso Gürtel.
Por cierto,
ante
la falta de ejemplo y de explicaciones convincentes, por parte de la dirección
y del propio presidente del Gobierno, son ya varios los concejales del PP que
han presentado la dimisión temporal del partido, hasta el total esclarecimiento
del asunto.
¡A ver si toman ejemplo los
concejales de Carcabuey que con tanta facilidad critican a los demás!
En definitiva, ante las actuaciones de este nefasto gobierno y todo lo
que está ocurriendo en la vida política española, no nos queda otra que la "rebelión
democrática” -como ha acordado en la X Asamblea Federal de IU, celebrada el
pasado mes de diciembre (Ver)- hasta lograr
un saneamiento radical en la política española y un gobierno verdaderamente al
servicio del pueblo.